... las tardes de teatro son mágicas.. comiendo castañas asadas paseamos por las calles de piedra, entre farolas y hojas secas como en un gran escenario.. noto tu mano refugiada en el bolsillo derecho de mi abrigo.. yo te paso las castañas ya peladas para que no tengas que sacarla..
lunes, 1 de octubre de 2007
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10 comentarios:
precioso..
nunca he comido castañas asadas y hace tiempo que no voy al teatro... aquí el verano parece que no acaba, qué tal si me llevas a ese otoño tuyo?... hará viento.. iré abrigada y se me pondrá la nariz roja del frío y los ojitos me brillarán...
mira cómo sonrío con el ruidito de las hojas secas bajo mis pies... mmm... me encanta esto... ¿tenemos que despertar? ais
que bonito, algo tan simple, que emociona...
:) ya me contarás que tal fué la obra...
besoteee
Yo quiero castañas, y teatro...
Saludos.
¿Sabes? No es de lo que va el texto evidentemente pero me ha venido a la cabeza un cuento de Dickens. Estoy viendo a dos niños pobres con abrigos raídos y zapatos agujereados caminando encorvados por una calle nevada de Londres mientras comen un puñado de castañas robadas.
me ha encantado!
q gran gesto de amor dar las castañas peladitas!
;)
queremos una nueva función
no te pierdas tanto tiempo, hombre
cuantasveceshesoñadoquenoqueríaeso.
nodebosoñarmucho,porquenoacabodecreér
melo.
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